El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres, y hoy constituye la principal causa de muerte por cáncer, en mujeres de todo el mundo. Los antecedentes familiares de cáncer de mama multiplican el riesgo por dos o tres. Algunas mutaciones, sobre todo en los genes BRCA1, BRCA2 y p53, se asocian a un riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer. Sin embargo, esas mutaciones son raras y explican solo una pequeña parte del total de cánceres mamarios.
Los factores reproductivos asociados a una exposición prolongada a estrógenos (hormonas femeninas), como una menarquia precoz (edad de la primera menstruación), una menopausia tardía y la edad materna avanzada en el primer parto, figuran entre los factores de riesgo más importantes del cáncer de mama. La lactancia materna tiene un efecto protector contra el cáncer de mama.
Diversos investigadores han calculado la contribución de diversos factores de riesgo modificables, exceptuando los factores reproductivos a la carga global de cáncer de mama. Los autores concluyen que el 21% de todas las muertes por cáncer de mama registradas en el mundo son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, y la falta de actividad física.

Autoexamen de mamas

El mejor momento para hacerse un autoexamen de las mamas es más o menos de 3 a 5 días después del comienzo del periodo. Las mamas no están tan sensibles o con protuberancias en ese tiempo en su ciclo menstrual.

Si usted ha llegado a la menopausia, realícese el examen el mismo día todos los meses.

Empiece por acostarse boca arriba. Es más fácil examinarse todo el tejido mamario si está acostada.

  • Coloque la mano derecha por detrás de la cabeza. Con los dedos del medio de la mano izquierda presione suave pero con firmeza haciendo movimientos pequeños para examinar toda la mama derecha.
  • Luego, estando sentada o de pie, palpe la axila, ya que el tejido mamario se extiende hasta esta zona.
  • Presione suavemente los pezones, verificando si hay secreción. Repita el proceso en la mama izquierda.
  • Utilice uno de los patrones que se muestran en el diagrama para constatar que esté cubriendo todo el tejido mamario.

Luego, párese frente a un espejo con los brazos a los lados.

  • Mire las mamas directamente y en el espejo. Busque cambios en la textura de la piel, como hoyuelos, arrugas, abolladuras o piel que luzca como cáscara de naranja.
  • Igualmente observe la forma y el contorno de cada mama.
  • Revise para ver si el pezón está hundido.

 

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